Por Ricardo Quinto y Marcela Marroquín Surgieron con el rompimiento del fraile agustino Martín Lutero con la Iglesia Católica, en el siglo XVI, en Europa. A Guatemala llegaron en 1882, cuando el entonces presidente Justo Rufino Barrios permitió la libertad de culto y los católicos eran mayoría. Ahora, más de cien años después, han ganado espacio entre los cristianos, lo cual es motivo de preocupación para la Iglesia de Roma, que cada día pierde más adeptos. En 1887, John Hill fundó la primera Iglesia Central Presbiteriana en Guatemala. Por décadas, el templo funcionó frente a la Plaza de la Constitución, hasta que en 1942 se construyó el Palacio Nacional de la Cultura y se ordenó su traslado a la 6a. calle y 6a. avenida "A" de la zona 1, en una de las esquinas de la Casa Presidencial, donde aún permanece. Durante todo el siglo XIX, la comunidad evangélica aumentó de manera discreta. Y no fue sino hasta la década de 1970, en especial después del terremoto de 1976, que se dio un bum en su incremento. Desde esa década, el aumento de evangélicos ha sido acelerado, al punto de que muchos de ellos aseguran que son el 36 o 40 por ciento de la población religiosa de Guatemala en la actualidad. Similar fenómeno solo se puede observar en países como Brasil, Chile y México. La cifra oficial revela que los evangélicos guatemaltecos son el 33 por ciento de la población, y un estudio sobre libertad religiosa en el mundo, del Departamento de Estado de Estados Unidos, asegura que son el 40 por ciento. La construcción de megatemplos, la proliferación de radios de contenido cristiano y las mil 187 iglesias evangélicas de diferentes denominaciones en el país, con la autorización del Ministerio de Gobernación, son pruebas contundentes de que están en buena racha. Un reporte de Mundo Cristiano, asegura que el objetivo de la visita del pastor Luis Palau a Guatemala, en marzo recién pasado, era "ayudar a que éste se convierta en el primer país cuya mayoría de habitantes sean cristianos comprometidos". El informe detalla que para alcanzar esta meta "se realizaron actividades de impacto social, con el apoyo de más de tres mil congregaciones y 25 mil voluntarios". El pastor Manuel Dionisio, actual secretario de la Alianza Evangélica de Guatemala (AEG), afirma: "En realidad, los números no nos interesan, sino más bien estamos buscando que los guatemaltecos conozcan a Dios, y así el país cambie para bien". Dionisio asegura que los datos que maneja la AEG son que en Guatemala existen actualmente cinco millones de evangélicos, de 13 millones de habitantes. Sobre el éxito de la iglesia evangélica en el país, el líder religioso sostiene que se debe "a la apertura de más de 20 mil templos evangélicos y la naturaleza de los guatemaltecos de ser proclives al cristianismo". El sociólogo Gustavo Berganza expone que "el crecimiento acelerado, en las últimas décadas, de la iglesia evangélica se debe a la eficiente labor de conversión que tiene y a las efectivas redes de solidaridad que posee. "Las iglesias pentecostales y neopentecostales tienen programas efectivos de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos", comenta. Berganza cree que la forma en que los evangélicos dirigen sus rituales van en detrimento de los católicos. "Sus rituales religiosos son más dinámicos y lúdicos", sostiene. Presidentes evangélicosEl poder que ha adquirido la iglesia evangélica no ha pasado desapercibido para los políticos en Guatemala, quienes han sido vistos con mayor frecuencia en actos públicos de esa religión. "Hay que reconocer que los evangélicos son un movimiento social muy fuerte en América Latina", opina Franco Martínez, analista político independiente. "Los políticos creen encontrar en esta religión un fuerte caudal electoral y un voto duro para sus fines. También una capacidad económica que eventualmente puede servir para financiar campañas electorales", manifiesta Martínez. Los evangélicos también han probado las mieles de la política. Prueba de ello han sido Jorge Serrano, presidente de 1991 a 1993, y Efraín Ríos Montt, máximo líder del Frente Republicano Guatemalteco. Ahora quieren repetir, por medio de Harold Caballeros o Abraham Rivera. Y es que, según los analistas, la religión y la política son dos fenómenos que han trabajado de la mano a lo largo de la historia en Guatemala, y que lo seguirán haciendo por mucho tiempo. |
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1 comentario:
El porcentaje de creyentes en una población no nos dice nada, Guatemala es el país con el índice de calidad de vida mas bajo de America Latina, sólo por arriba de Haití. Espero que en el Perú no suceda esto, un crecimiento metastásico del evangelio que no trae sanidad.
Mucha sal que no sala.
Las iglesias en el Perú se deben preocupar por el crecimiento espiritual de sus miembros, el crecimiento numérico viene como consecuencia de este.
Omar Larrazábal
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