Día Internacional contra la Corrupción 9 de diciembre Comite de Accion civica de lucha contra la Corrupcion Entrevista al Embj. Eduardo Carrillo Hernandez en radio Moderna visualizada en youtube : http://www.youtube.com/watch?v=Wnc8TmupH1c En su resolución 58/4 del 31 de octubre de 2003, la Asamblea General proclamó el 9 de diciembre Día Internacional contra la Corrupción. Esta decisión se tomó con la finalidad de aumentar la sensibilización respecto de la corrupción, así como del papel que puede desempeñar la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción para combatirla y prevenirla. La Asamblea instó a todos los Estados y a las organizaciones regionales de integración económica competentes a que firmen y ratifiquen lo antes posible la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción a fin de lograr su rápida entrada en vigor. | Enlaces con sitios de las Naciones Unidas y del sistema de la ONU: Día Mundial contra la Corrupción Justo Fernández Rodríguez La corrupción política constituye un abuso de poder y un engaño para quienes han confiado la administración de los intereses públicos a una determinada fuerza política, creyendo las promesas de honestidad y transparencia de sus líderes. Abarca un amplio espectro de irregularidades y delitos, y múltiples formas de actuación. Las más extendidas son la aceptación de sobornos por concesión de licencias de construcción; recalificaciones de terrenos rústicos en urbanizables; privatización de servicios públicos o adjudicación de costosas campañas publicitarias a televisiones, emisoras de radio y empresas cercanas al poder. No escapan a la corrupción los grandes proyectos de obras públicas, autopistas, tranvías, trenes, auditorios, palacios de exposiciones, embalses, abastecimiento de aguas o nuevas y discutibles instalaciones deportivas o portuarias mediante informes falsos, descalificaciones y presiones a todos los que intentan oponerse. Muchas veces importa más el negocio de construir grandes obras, que proporcionan enormes beneficios a los socios-protectores empresariales, a veces multinacionales, que los beneficios que puedan proporcionar a los ciudadanos.
La más negativa consecuencia de la corrupción generalizada es el clima de impunidad creado por una justicia controlada por los intereses, legales o ilegales, de gobiernos y sectores empresariales; organismos de control de la acción pública supeditados al poder; medios de comunicación, en buena medida, serviles a los poderes políticos o económicos y, especialmente, la indiferencia cómplice de una ciudadanía que se escandaliza en tertulias callejeras, reuniones de amigos, bares y cafeterías del lodazal donde se revuelcan los políticos, pero sumisa, domesticada, manipulada y clientelar a la hora de emitir su voto en cada convocatoria electoral.
Teniendo presente que la prevención y erradicación de la corrupción es responsabilidad de todos los estados, y que éstos deben cooperar entre sí, con el apoyo y participación de personas y grupos que no pertenecen al sector público, como la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales, para que sus esfuerzos en este ámbito sean eficaces. Preocupados por las amenazas que plantea la corrupción para la estabilidad y seguridad de las sociedades, al socavar las instituciones y los valores de la democracia, la ética y la justicia, y comprometer el desarrollo sostenible y el imperio de la ley, en 2004 las Naciones Unidas establecieron el 9 de diciembre de cada año como Día Internacional Anticorrupción, ratificado por 137 países, entre ellos España, como un paso decisivo para acabar con la corrupción, facilitando asistencia para repatriar bienes robados por dictadores u otros funcionarios públicos, la prevención del lavado del dinero, la persecución de empresas e individuos corruptos, la prohibición del soborno a funcionarios públicos y la mejora de la normas contables y de auditoría en el sector privado.
Sin embargo, al no tomarse medidas eficaces para eliminarla o, por lo menos, reducirla, la corrupción aumenta en casi todo el mundo, tanto en países ricos como en los más pobres; tanto en los sistemas de gobierno democráticos como en los autoritarios, como vienen reflejando, cada año, los informes del Banco Mundial, el Grupo de Estados contra la Corrupción (Greco) y Transparencia Internacional.
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