Apreciados Pastores:
Hoy es un día en el que lamento que no se escuchara el consejo que di en diversas oportunidades acerca de nuestro rol en el Perú. Veo con mucha tristeza lo que está sucediendo a raíz de la Campaña Política que se lleva a cabo en estos días, y en la que los pastores se ven unos apoyando a una candidatura y otros a otra candidatura; el pueblo del Perú nos está viendo separados, nos está viendo divididos, nos está viendo rivalizados unos contra los otros, quedando en medio de la confusión, y muchos blasfemando contra el nombre de Jesucristo.
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que se ha perdido la brújula por haberle dado la espalda a la Palabra de Dios, por haber olvidado que la salvación solamente puede venir de Jesucristo, y que no hay ningún otro en quien podamos confiar para ello.
Isaías 30:1-2:
¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!
Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.
Nos está ocurriendo lo mismo que sucedió en los días de Isaías con el pueblo de Dios. ¿Acaso no fue nuestro Señor Jesucristo quien nos saco de Egipto, para que ahora vayamos a Egipto a buscar salvación y esperanza?
Cuánta confusión trae a esta nación, a la cual deberíamos estar ganando para Cristo, al ver a pastores apoyando a una candidatura y a otro candidateando, diciendo que Dios le llamó para ello.
Me pregunto: ¿Cómo podrán esas almas sedientas y necesitadas encontrar al Dios Vivo, si sus siervos, unos oran por un candidato, y otros por otro? Con toda seguridad puedo decir que hay tristeza en el corazón de nuestro Padre porque se ha perdido autoridad para predicar, tanto a políticos, como al pueblo de esta nación, y también hay mucha tristeza en el corazón de aquellos que queremos servir a Dios, servir a nuestro Señor, y que queremos que todos los peruanos se rindan ante el nombre de Jesús, alcanzando salvación y libertad.
Sí, con mucha severidad les digo: Volvámonos todos al Único que dio su vida por nosotros y sirvámosle sin buscar protagonismos, sin rivalizar unos con los otros… hablando una sola cosa: Salvación en Jesucristo.
Muchos hablan de la unidad de la Iglesia; nunca lo podremos tener si cada uno fuera un candidato político o estuviera apoyando a una candidatura. La unidad a la que hemos sido llamados es la unidad en un solo Dios y Padre de todos, una fe, un Señor y un Espíritu. La unidad se rompe cuando cada uno quiere seguir su propio camino, su propio parecer y su propio pensamiento; fuimos constituidos unos apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros pastores y maestros, para que lleváramos a cabo una sola misión:
"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén
(Mateo 28:19-20)
Me despido contándoles que en Misión Bíblica Carismática estamos perseverando en el ayuno, en la oración y en la predicación de la Palabra de Dios, porque entendemos que a éso, y sólo a éso, hemos sido llamados; seguiremos orando por la Iglesia de Jesucristo en el Perú para que no sea vituperada (como ya lo está siendo, Isaías 30:3,5) por causa del error, de las falsas enseñanzas, de los partidarismos y del mal ejemplo de los ministros del Dios Vivo.
En Cristo Jesús,
Alicia Estremadoyro
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Ni el hipotético apoyo total evangélico a Humberto Lay lo llevará al sillón edil de Lima. Al menos, según las encuestas, no. Así que, a seguir soñando.