Para pensar: 1 Reyes 21. 1-22 1 Un tiempo después sucedió lo siguiente: Nabot el jezrelita tenía un viñedo en Jezrel, el cual colindaba con el palacio de Acab, rey de Samaria.2 Éste le dijo a Nabot: —Dame tu viñedo para hacerme una huerta de hortalizas, ya que está tan cerca de mi palacio. A cambio de él te daré un viñedo mejor o, si lo prefieres, te pagaré lo que valga. —El Señor prohíbe que yo le venda a Su Majestad lo que heredé de mis antepasados. …15 Tan pronto como Jezabel se enteró de que Nabot había muerto a pedradas, le dijo a Acab: «¡Vamos! Toma posesión del viñedo que Nabot el jezrelita se negó a venderte. Ya no vive; está muerto.»16 Cuando Acab se enteró de que Nabot había muerto, fue a tomar posesión del viñedo. 17 Entonces la palabra del Señor vino a Elías el tisbita y le dio este mensaje:18 «Ve a encontrarte con Acab, rey de Israel, que gobierna en Samaria. En este momento se encuentra en el viñedo de Nabot, tomando posesión del mismo.19 Dile que así dice el Señor: "¿No has asesinado a un hombre, y encima te has adueñado de su propiedad?"… La historia bíblica de Acab y la viña de Nabot, tiene tanto parecido con los recientes sucesos ocurridos en estos días en la Amazonía, que me animan a comentarlo y a levantar la voz del profeta Elías. La historia comienza con un afan voráz del rey Acab por tener la posesión de la tierra colindante con su palacio, tierra que dicho sea de paso le pertenecía a Nabot de Jezreel. Nabot era un campesino, temeroso de Dios, quien ante el ofrecimiento del rey se niega a vender sus tierras debido a que "el Señor prohibe de que yo le venda lo que herede de mis antepasados". La ley prohibía la venta de la tierra, pues esta era de Dios quien la había entregado a una determinada tribu. La vida de las tribus dependía totalmente de la tierra; sin tierra, las tribus estaban desprotegidas, sin poder proveer para su sustento y por lo tanto, la perdida de la tierra era un atentado contra sus vidas y la de sus futuras generaciones. Por ello, Dios prohibía la venta de la tierra. La ley de Moises solo permitía que la tierra pase a ser administrado por otro solo en casos de emergencia, como la pobreza extrema, que obligara a los administradores originales a entregarla en posesión y usufructuo por un periodo de tiempo. Pasado este tiempo, la tierra debía regresar a su administrador original, y así preservar la identidad de las familias. Sin embargo, el rey no entendió razones y se empecinó en obtener la tierra de Nabot y no paró hasta eliminarlo para apropiarse de ella. El texto bíblico menciona a una mujer como operadora de los deseos de Acab. Sin embargo, toda comunicación a los principales debía ir con el sello del rey o con la venia del rey; él estaba detrás de esas tramas para quitar la vida de Nabot. Mientras el plan se ejecuta, Acab desaparece de la escena, tal vez para lavarse las manos después de lo que acontecería. Luego del asesinato, es Jezabel la que da las "buenas nuevas de la muerte de Nabot" (paradójicas buenas nuevas que anuncian muertes). La historia continúa con un Acab bajando feliz a tomar posesión de la Viña de Nabot (cual caperucita yendo a ver a su abuelita), sabiendo lo que ha ocurrido. Son muchos los elementos en común entre esta historia con lo acontecido en estos días, sin embargo hay uno que no aparece hasta estos momentos. Es la voz del profeta Elías. ¿Dónde esta Elías hoy? Benjamin Bravo Guerrero -- Arq. Jaime Mok C.A.P. 10851 Director Regional ICA Asoc. M.D. Paz y Esperanza |
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