ANALISIS DEL DICTAMEN EMITIDO POR EL CONGRESO
DE LA REPUBLICA. (Ley de Libertad Religiosa)
Dictamen recaído en los proyectos de ley 1008/2006-CR y 2560/2007-CR,
Al pueblo evangélico y a la opinión pública, manifestamos nuestra preocupación y nuestra voz de rechazo y protesta al dictamen emitido sobre la libertad e igualdad religiosa; que fue aprobado por la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso de la República
Ante esto señalamos que el contenido del dictamen es fundamentalmente discriminatorio, al negar directa o indirectamente la no confesionalidad del Estado peruano y, por tanto, no satisface la preocupación del pueblo evangélico.
Lamentamos este retroceso que deconstruye lo que el anterior dictamen pretendía construir como un avance en el proceso sobre igualdad de derechos en nuestro país (libertad e igualdad religiosa).
Esto no es sólo una preocupación coyuntural o un punto de agenda accesorio, para el pueblo evangélico; o que esta situación sea ajena a nuestra comprensión, de lo que es Ciudadanía y Democracia.
Por tanto: nuestra indignación y voz de protesta al dictamen aprobado por la citada comisión.
Y expresamos que:
- Actualmente, no estamos en tránsito hacia un pluralismo religioso, sino que la sociedad peruana ya es plural en términos religiosos.
En el país no debe existir una iglesia predominante, por que los peruanos tenemos diferentes preferencias y compromisos religiosos.
En tal sentido, ninguna confesión religiosa puede arrogarse la representatividad absoluta de "todos" los ciudadanos, o puede pretender ser tratada de manera diferenciada y favorecida respecto a otras confesiones por parte del Estado.
- El Estado peruano, de acuerdo al principio constitucional, es un Estado no confesional.
Esto implica que: debería ser neutral en materia religiosa y que debería tratar, en igualdad jurídica, a todas las confesiones religiosas que existen en el país, sin ningún tipo de preferencia legal y política.
Sin embargo, el dictamen que motiva nuestro análisis, contradice el principio de laicidad del Estado, particularmente su independencia y autonomía con respecto a la Iglesia Católica Romana, y es, por consiguiente, claramente antidemocrático.
- La existencia de un Concordato, validado por la segunda disposición final del texto del dictamen, entre el Estado peruano y el Estado del Vaticano, constituye una afrenta a la democracia y pone en evidencia que los ciudadanos no son tratados como iguales.
La denuncia y la posterior anulación de ese Concordato tiene que convertirse en el objetivo político principal sobre el cual deberá asentarse toda lucha colectiva y orgánica orientada al logro de una Ley de Igualdad y Libertad Religiosa, producto del consenso social en virtud del cual el Estado reconozca, trate y valore a todas las confesiones religiosas como iguales y como elementos importantes en la configuración del Estado-nación.
- La comunidad evangélica, representada por sus organismos representativos, no aspira recibir subvención alguna del Estado ni la necesita, porque le es suficiente el aporte voluntario de sus fieles.
La igualdad jurídica de todas las confesiones religiosas no la entendemos como la simple firma de convenios por los que el Estado destinaría a éstas cierta partida económica, sino como la afirmación de un Estado verdaderamente laico que garantice y defienda el fuero interno de todos y cada uno de los ciudadanos y que no se parcialice con ninguna creencia religiosa en particular, pero que reconozca la presencia y el aporte del factor religioso en la formación histórica, moral y cultural de la nación.
- La comunidad evangélica, nunca necesito firmar convenio alguno con el Estado para insertarse activamente en el bienestar de la sociedad y en el proceso de consolidación de nuestra frágil democracia, ni para participar en la construcción de políticas públicas orientadas al bien común.
Con una presencia de servicio integral al prójimo de más de cien años, los evangélicos hemos estado activos en la lucha contra la pobreza, la defensa de la vida y dignidad humana de los sectores sociales excluidos, la educación pública, el acceso a la salud de los indefensos, la preservación del medio ambiente natural y entre otros asuntos de la agenda pública.
El evangélico, como ciudadano; por principios y convicción esta al servicio del bien común.
Que es; su Identidad.
El dictamen aprobado que será debatido en el pleno del Congreso en la próxima legislatura ordinaria, no debería ser aprobado como está; de lo contrario, sería una grave ofensa a la convivencia constructiva de todos los peruanos y a la democracia.
¡AQUÍ ESTAMOS!
La Asamblea Ministerial
No hay comentarios:
Publicar un comentario